Comer champiñón es señal de salud. Es saciante, no engorda y además es fuente segura de antioxidantes.
En ensalada, crudo, en puré o crema, a la plancha, al ajillo o relleno. Podemos comer champiñón durante todo el año. Un alimento de lujo a precio muy económico. Su mayor centro de producción es La Rioja, siendo Pradejón la principal localidad productora de champiñón en la región.
El hongo que no engorda
En 2007, un estudió aseguraba que el gran poder saciante del champiñón ayudaba a adelgazar gracias a su alto contenido en fibra e hidratos de carbono. Desde entonces, su consumo en fresco no ha dejado de crecer.
El champiñón es ideal para quienes desean cuidar su peso, ya que se trata de un hongo muy ligero que apenas aporta calorías.
Alto poder antioxidante
Un estudio publicado en la revista Journal of Nutrition confirma su alto poder antioxidante y apunta que el beneficio que su consumo conlleva en la salud podría trasladarse al ámbito de la inmunidad y de los cánceres.
El origen de esta propiedad radica en la ergotioneína, un aminoácido de origen vegetal que actúa en el organismo como poderoso antioxidante cuyos efectos son apreciables en el hígado, el cristalino y los glóbulos rojos, protegiendo a la hemoglobina de la oxidación.
Fuente natural de selenio
En 2007, el Centro Tecnológico del Champiñón de La Rioja y la Universidad Atonóma de Madrid investigaron el alto contenido de selenio en el champiñón, mineral de gran poder antioxidante, en la prevención y reducción del riesgo de padecer enfermedades crónicas y degenerativas, incluso actuando en varios tipos de cánceres.
Se calcula que una racción media de unos 100gr. de champiñón contiene el 15% de la cantidad diaria recomendada de selenio.
¿Cómo consumirlo?
El champiñón es un producto perecedero que puede consumirse en conserva o en fresco. Si lo hacemos en fresco, conviene consumirlo antes del segundo día para evitar que comience a amarillear. Podemos conservarlos dos o tres días envueltos en papel vegetal o en un recipiente abierto en el refrigerador.
Respecto a su consumo, la recomendación más saludable y práctica es limpiarlos con un cepillo de cocina que sea suave y pequeño o bien pasarles un paño húmedo bien limpio.